domingo, 29 de abril de 2018

The Alan Parsons Symphonic Project - Live in Colombia - 2016



"The Alan Parsons Symphonic Project Live in Colombia" es un álbum en vivo del proyecto derivado del The Alan Parsons Live Project en formato sinfónico.Fue publicado en 2016 (el 27 de mayo para Europa y el 24 de junio para EEUU) en CD, DVD y LP.​
El álbum consta de la grabación del show presentado en Medellín, Colombia, en el Parque de los Pies Descalzos, el 31 de agosto de 2013 con la participación de la Orquesta Filarmónica de Medellín y coro, bajo la conducción del Maestro Alejandro Posada.
Alan Parsons presenta una banda renovada en su totalidad con la excepción de su a éstas alturas inseparable "socio" P.J. Olsson, el mismo que nunca podrá suplantar al inolvidable Eric Woolfson pero ya es de todas formas y por derecho propio un clásico del universo Parsons.
Al contar con orquesta y coro, pudieron realizar una interpretación fiel a las grabaciones de los álbumes originales de piezas como "Silence and I" o la suite completa de "The turn of a friendly card" (que ocupaba toda una cara del álbum homónimo).Los arreglos orquestales (originalmente creados por Andrew Powell) han vuelto a brillar intensamente aquí.
Evidentemente, estamos ante otro brillante producto musical de Parsons, con la calidad acostumbrada y haciendo honor a las creaciones originales de aquel Project de Parsons-Woolfson y compañía.
Uno de los mejores dvds de conciertos que he visto en años.Y volveré a ver muchas, muchas veces...

THE ALAN PARSONS SYMPHONIC PROJECT - LIVE IN COLOMBIA 2013



PROGRAMA
"I Robot" (6:24)
"Damned If I Do" (4:33)
"Don't Answer Me" (4:36)
"Breakdown" (4:04)
"The Raven" (2:51)
"Time" (5:29)
"I Wouldn't Want to Be Like You" (4:59)
"La Sagrada Familia" (6:04)

"The Turn of a Friendly Card Suite"
"The Turn of a Friendly Card, Pt. 1" (2:53)
"Snake Eyes" (3:00)
"The Ace of Swords" (2:47)
"Nothing Left to Lose" (4:34)
"The Turn of a Friendly Card, Pt. 2" (4:22)

"What Goes Up..." (4:37)
"Luciferama"
 (Medley de "Lucifer" y Mammagamma") (5:21)
"Silence and I" (7:46)
"Prime Time" (8:12)
"Sirius" (2:12)
"Eye in the Sky" (5:11)
"Old and Wise" (5:39)
"Games People Play" (4:54)

SILENCE AND I 

PERSONAL
Alan Parsons - guitarra, teclados, voz
P. J. Olsson - voz, guitarra acústica
Guy Erez - bajo, voz
Danny Thompson - batería
Alastair Greene - guitarra, voz
Tom Brooks - teclados, voz
Todd Cooper - saxofón, guitarra, voz
Alejandro Posada - director de orquesta

SIRIUS/EYE IN THE SKY


domingo, 22 de abril de 2018

Juan Carlos Onetti - Las tres de la mañana

Las tres de la mañana

Juan Carlos Onetti

La última patada lo hizo chocar contra la pared gris de la celda. Golpeó con la cabeza y tal vez haya tenido tiempo, un segundo, para agradecer el desmayo, la inconsciencia, el olvido de los tormentos.

El milico cerró la puerta, colgó vertical la metralleta de la mano izquierda mientras con la otra rebuscaba en procura de un pañuelo para secarse la cara. Era joven y había mostrado, hasta que se lo prohibieron, un pequeño bigote que no quería crecer.

La celda solo tenía un camastro con una tabla por colchón, un balde ya hediondo de viejos orines y excrementos y, muy alto, un cuadrilongo protegido por alambre.

Cuando creyó despertar, noche o mañana, frío y sudoroso, no supo quién era. Se fue acomodando a esta personalidad que los hacía feliz, que era feliz y estaba no solo despegada de todo pasado sino también del tiempo.

Era el otro, con pasado y destino indiferentes, con lacra, con dolor, recuerdos y esperas. Él estaba libre de la vida, libre de tantos miles de hombres mierdas empeñados en que el vivir fuera inmundicia y espinas. Él estaba libre y lúcido, despojado de todo, como recién nacido. Eran las tres de la mañana, aunque él nada sabía de horarios. Las tres de la mañana, hora en que traen a Comandancia el camión negro abrumado de prostitutas, de llantos, risas y palabras sucias que tropiezan con el bajo techo y caen sin sentido o destino, sin lastimar, sin rozar siquiera a nadie. Palabras muertas de tan viejas, de vuelo lento y corto. Ya nada más que palabras, la nada. Eran las tres de la mañana y era posible sentir y crear la invisible presencia del otro a su lado; inmóvil y tal vez con su recuerdo de ahogos en una tina donde flotaba la mierda; de inefables corrientes eléctricas del pene a la nariz o al revés, alternas o permanentes. Sin recuerdo de las trompadas del primer mierda, caricias olvidadas.

Comprendía sin interés que en la Casa Grande había un exceso de bestezuelas con figura humana. Pero él quería retener, con las uñas que le quedaban, la felicidad titilante y la nada que nunca tuvo principio ni fin. Simplemente estaba. No tenía importancia que el otro, por causa de la tristeza a su lado, su perdida mitad, construyera el poema inmortal erróneamente atribuido a Pavese, tan lejano de su estilo y preocupación.

FIN