sábado, 24 de diciembre de 2011

Gary Numan - Telekon - 1980



"Telekon" es el cuarto álbum de estudio y el segundo bajo su propio nombre (los dos primeros son con Tubeway Army), del británico Gary Numan, y es el último trabajo suyo en llegar al número uno.
Constituye el último de la que el mismo llamó retrospectivamente la sección "machine" de su carrera, sucediendo a "Replicas" y "The Pleasure Principle", de 1979.

TELEKON

En contraste con "The Pleasure Principle", con su ausencia de guitarras y su sonido robótico,  en "Telekon" presenta abundante uso de guitarras y cuerdas junto con ricas texturas sintetizadas.
Numan amplió su paleta de sintes con el uso del Sequential Circuits Prophet-5, el ARP Pro Soloist y el Roland Jupiter-4.
"The Joy Circuit" combina el sonido de sintetizadores análogos con violín y viola, mientras la letra referencia a William Burroughs:"We're on joy circuit/The image fix/Rewind, cry/Well, it's somewhere to go."

THE JOY CIRCUIT

Desde el punto de vista de las letras, Numan sigue explorando futuros distópicos en temas como "Telekon" o "I Dream of Wires", y en "Please Push No More" y"Remind Me to Smile" explora sentimientos acerca de su acceso a la fama ("Reconsider 'fame'/I need new reasons/This is detention/It's not fun at all...Keep your revivals/Keep your conventions/Keep all your fantasies/That's all we are").
El álbum alterna temas movidos como "I'm an Agent" o "The Joy Circuit" con piezas tranquilas como "Sleep by Windows" y "Remember I Was Vapour", ésta última una de mis favoritas a través de los años.

REMEMBER I WAS VAPOUR

Comercialmente exitoso, y maltratado por buena parte de la crítica especializada, el tiempo ha demostrado que éste trabajo ha sido sumamente influyente.Trent Reznor ha declarado haberlo escuchado cada día durante la elaboración de "Pretty Hate Machine".

THE AIRCRASH BUREAU

THIS WRECKAGE

PLEASE PUSH NO MORE



TRACKLIST
(CD REEDICIÓN ESPECIAL)
All songs written and composed by Gary Numan except for "Trois Gymnopédies (First Movement)", which is a composition by Erik Satie.
01."This Wreckage"  
02."The Aircrash Bureau"
03."Telekon"  
04."Remind Me to Smile"
05."Sleep by Windows"
06."We Are Glass"
07."I'm an Agent"
08."I Dream of Wires"
09."Remember I Was Vapour"
10."Please Push No More"  
11."The Joy Circuit"  
12."I Die: You Die"(Alternate Version)
Bonus tracks:
13."A Game Called Echo"
14."Photograph"
15."Down In The Park"(piano version)
16."Trois Gymnopedies"(first movement)

I DIE YOU DIE

PERSONAL
Gary Numan – vocals, Minimoog, Polymoog, ARP Pro Soloist, Roland Jupiter-4, Sequential Circuits Prophet-5, Yamaha CP-30, Roland CR-78, Synare, guitar, piano, Minibass[citation needed]
Paul Gardiner – bass, backing vocals
Cedric Sharpley – drums, percussion, backing vocals
Chris Payne – viola, piano, Minimoog, Polymoog, backing vocals
Russell Bell – guitars, violin, claves, backing vocals
Denis Haines – Prophet-5, piano, ARP Pro Soloist, Yamaha CP-30, whistle, backing vocals
John Webb, James Freud, Simple Minds – handclaps

TROIS GYMNOPEDIES

sábado, 17 de diciembre de 2011

Enrique Jardiel Poncela - Un marido sin vocación - 1930

Un marido sin vocación

Enrique Jardiel Poncela

Nota: Narración escrita por el autor sin utilizar la letra "e".

Un otoño -muchos años atrás-, cuando más olían las rosas y mayor sombra daban las acacias, un microbio muy conocido atacó, rudo y voraz, a Ramón Camomila: la furia matrimonial.

-¡Hay un matrimonio próximo, pollos! -advirtió como saludo a su amigo Manolo Romagoso cuando subían juntos al Casino y toparon con los camaradas más íntimos.

-¿Un matrimonio?

-Un matrimonio, sí -corroboró Ramón.

-¿Tuyo?

-Mío.

-¿Con una muchacha?

-¡Claro! ¿Iba a anunciar mi boda con un cazador furtivo?

-¿Y cuándo ocurrirá la cosa?

-Lo ignoro.

-¿Cómo?

-No conozco aún a la novia. Ahora voy a buscarla...

Y Ramón Camomila salió como una bala a buscar novia por la ciudad.

A las dos horas conoció a Silvia, una chica algo rubia, algo baja, algo gorda, algo sosa, algo rica y algo idiota; hija única y suscriptora contumaz a La moda y la Casa (publicación para muchachas sin novio).

Y al año, todos los amigos fuimos a la boda. ¡La boda! ¡Bah!... Una boda como todas las bodas: galas blancas, azahar por todos lados, alfombras, música sacra, bimbas, sonrisas, codazos, almohadón para hincar las rodillas los novios y para hincar las rodillas los padrinos; lunch, sandwichs duros como un fiscal...

Al onzavo sandwich hubo una fuga súbita por la sacristía y un auto pasó raudo, y unos gritos brotaron:

-¡Adiós! ¡Adiós! ¡Vivan los novios! ¡Vivaaan!

Y los amigos cogimos otro sandwich -dozavo- y otra copita. Y allí acabó la cosa.


Mas, para Ramón Camomila, la cosa no había acabado allí...

Al contrario: allí daba principio.

Y al subir con su novia al auto fugitivo, vio claro, vio clarísimo: ni amaba a Silvia, ni notaba inclinación ninguna al matrimonio, ni sintió su alma con la vocación más mínima por construir un hogar dichoso.

-¡Soy un idiota! -murmuró Ramón-. No valgo para marido, y lo noto cuando ya soy ciudadano casado...

Y corroboró rabioso:

-¡Soy un idiota!

Silvia, arrinconada junto a Ramón, bajaba los ojos con rubor, y al bajar los ojos subía dos mil grados la rabia masculina.

-¡Dios mío! -gruñía Ramón mirándola-. ¡Casado! ¡Casado con una niña insulsa como unas natillas!... No hay ya salvación para mí..., ¡no la hay!

Incapaz para dominar su irritación, dirigió unas palabras durísimas a Silvia.

-¡Prohibido fingir rubor y mirar a la alfombra! -gritó. (Silvia miró al parabrisas con infantil docilidad).

Y Ramón añadió para su sayo, alumbrado por una brusca solución:

-Voy a lograr su odio. Voy a obligarla a suplicar un divorcio rápido. Poco valgo si no logro inspirarla asco con cuatro o cinco burradas a cual más disparatada...

Y tal solución tranquilizó mucho a su alma.


Por lo pronto, al subir a la fotografía (visita clásica tras una boda), Ramón hizo la burrada inicial. Un fotógrafo modoso y finísimo abordó a Ramón y a Silvia.

-Grupo nupcial, ¿no? -indagó.

-Sí -dijo Ramón. Y añadió-: Con una variación.

-¿Cuál?

-La sustitución más original vista hasta ahora... Novio por fotógrafo. Hoy hago yo la foto... ¡Viva la originalidad!

Y Ramón aproximó la máquina y advirtió al asombrado fotógrafo:

-¡Vamos! Coja por la mano a la novia y sonría con ilusión. La cara más alta... ¡Cuidado! ¡Así!... ¡Ya!

Ramón tiró la placa, y a continuación obligó al pago al fotógrafo; guardó los duros y salió con Silvia orondo y dichoso.

-¡Al auto! -mandó. (Silvia ahora iba llorando)-. ¡La cosa marcha! -susurró Ramón.


Al otro día trasladaban sus organismos a Irún. (Lo clásico, asimismo, tras una boda.)

Ramón no quiso subir al vagón con Silvia.

-Yo viajo con los maquinistas -anunció-. Voy a la locomotora... ¡Hasta la vista!

Y subió a la locomotora, y ocupó su actividad ayudando a partir carbón. Al arribar a Irún había adquirido un magnífico color antracita.

***

Ya allí, compró sus harapos a un sordomudo andrajoso, vistió los harapos y marchó a la fonda a buscar a Silvia.

Y tocado con las ropas andrajosas anduvo por Irún, acompañando a Silvia y cogido a su brazo mórbido y distinguido. Nutrido público los miraba al pasar, asombrado.

Silvia sufría cada día más.

-¡La cosa marcha! ¡La cosa marcha! -murmuraba todavía Ramón-. Pronto rogará Silvia un divorcio total. Sigamos con las burradas. Sigamos con la droga antimatrimonial, multiplicando la dosis.

***

Ramón vistió a continuación sus fracs más maravillosos, y al pisar un salón, un dancing u otro lugar público acompañado por Silvia, imitaba a los criados, y con un paño al brazo acudía solícito a todas las llamadas.

Una mañana pintó sus párpados con barniz rojo.

***

Por fin lo trasladaron al manicomio.

Y Ramón asistió a su propia dicha: su contrato matrimonial yacía roto y vivía imposibilitado para otra boda con otra Silvia...

FIN

(de "Ventanilla de cuentos corrientes", Madrid, 1930)

sábado, 10 de diciembre de 2011

Wimpi - Alabanza de la rueda / El pozo


Alabanza De La Rueda
por Wimpi
Los animalitos más primitivos tenían la boca situada atrás y era, la boca, el único orificio de su cuerpo. Ingerían el alimento por esa boca posterior, aprovechaban del alimentó lo que conviniera y, por la misma boca, expelían lo indigerible. Quiere decir que la alimentación, en los seres más primitivos, se realizaba mediante un movimiento de vaivén. Pero ese movimiento de vaivén —entrar algo a un cuerpo por un orificio, dar la vuelta dentro del cuerpo y salir por el mismo orificio que para entrar al cuerpo le sirviera— era, mecánicamente, muy desventajoso.
De ahí que la Naturaleza, haciendo dar vuelta al animalito lo dejó con la boca para adelante: fue el primer progreso formal en la evolución de la vida primitiva hacia el hombre. Luego, aquel animalito que había sido redondo como un globo, tomó una forma alargada y se recibió de gusano. Y como con la boca adelante ya no atrapaba alimentos al azar, sino que iba a buscarlos, se desarrollaron en torno a la boca unos rudimentos de ojos. Fue el gusano, pues, el inventor de la cara.
Además, no se alimentaba, ya, merced a aquel movimiento de vaivén, sino que se le fue organizando todo un sistema digestivo. El alimento entraba por la boca y, siguiendo de largo, sin tener que volver, como antes, a la boca única, el animalito podía extraerle a través de un mayor recorrido, lo que aquel alimento tenía de útil para su vida.
De manera que el verdadero inventor del "trabajo en cadena" no fue Henry Ford, sino el gusano.
Todo lo copió el hombre de la Naturaleza.
Los griegos les llamaban a los inventos "órganos artificiales", en contraposición a los órganos naturales que el hombre poseía.
El único invento verdadero, la única superación decisiva de la Naturaleza por la técnica, fue la rueda.
La rueda no existía en la Naturaleza.
Con ella superó, el hombre, el movimiento de vaivén, cansador y desaprovechado, de la marcha a pie.
Y empezó a rodar...
Las primeras ruedas dieron origen a los carros. Después hubo ruedas de todo: rueda de velorio, rueda de mate, rueda de poker, rueda de automóvil.
Y el hombre que ya no tuvo que trotar por haberse ganado con su ingenio el privilegio de ir rodando, quiso llegar más pronto.
Y así fue como inventó la urgencia.
Porque una cosa sólo empieza a ser urgente cuando ya se dispone de medios para hacerla ligero.
La velocidad fue superándose, cada día. Encogió la distancia. Achicó el espacio. Hizo que pudiera decirse "el mundo es un pañuelo, desde antes que el mundo empezara a sonar... Porque los 25 kilómetros por hora que marcó Henry Ford con su primer modelo era, en aquella época, una marcha tan vertiginosa como lo es, ahora, la que llevan en las pistas los reyes del volante.
Pero ¿cuál será la velocidad vertiginosa de mañana?
Todavía se lucha contra la fricción: la fricción del eje contra el cojinete, la fricción de las ruedas contra el suelo, a fricción del automóvil entero contra el aire.
Por medio de sistemas perfeccionados de rulemanes -vencida, casi, la fricción— se ha conseguido que una pulidora eléctrica girara a razón de 120.000 revoluciones por minuto.
Dicen los estudiosos que si las ruedas de un automóvil dieran vuelta a esa velocidad, el automóvil andaría a razón de 16.000 kilómetros por hora. Claro que el peso aumenta la fricción. Sería necesario hacer a la máquina cada vez más liviana... Y la fricción de las ruedas contra el suelo y la fricción de la carrocería contra el aire también disminuyen la velocidad.
El día en que puedan hacerse Alfettas de nylon y suprimir el suelo y suprimir el aire, el corredor dará vuelta a la pista tan ligero que, de repente, se verá venir de frente del otro lado y tendrá que esquivarse a sí mismo.
Pero ya nos hicimos tan baqueanos en tener que esquivar a los demás que, en una de esas, esquivarse uno resulta una pavada.

El Pozo
por Wimpi
-Trabajador como una bestia, mejorando, supo ser Bonifacio Arroyo, mensual e' Rosendo Barloco que le decian "El Desorejao" a Bonifacio, porque tenía el costumbre e'usar las orejas adentro e' la boina.
Resulta que una ocasión Bonifacio empezó a hacer un pozo que le mandó Rosendo; y cuando llegó abajo, de voluntario nomás -porque no tenta obligación- se puso a cavar para el costado y le salió como un túnel. De repente, aburrido, hizo otro pozo para arriba para poder salir.
Y salió tan lejos, que el viejo Rosendo le tuvo que mandar para el pasaje de vuelta.

*****

Arthur García Núñez,"Wimpi",nació en Montevideo en 1906 y pasó algunos años de su juventud en Buenos Aires.
De regreso a Montevideo, trabajó en la prensa escrita, en los diarios "El Plata" y "El Imparcial";y en la emblemática revista de humor "Peloduro",dirigida por Julio E.Suárez, así como en la radio, en donde dio a conocer su talento.Publicó varios libros y algunos discos,haciendo locuciones y actuando también en producciones infantiles.Una de sus obras más recordadas es "Los Cuentos De Don Claudio Machín" (de donde seleccionamos el brevísimo "El Pozo") antecedente del humor gauchesco y exagerado del genial "Don Verídico" de Julio César Castro.
Wimpi muere en Buenos Aires en 1956.