jueves, 31 de marzo de 2016

Leo Masliah - La bolsa de basura


LA BOLSA DE BASURA
(Leo Masliah)

Rodríguez iba saliendo de su casa para ir a trabajar, pero volvió para buscar una bolsa plástica llena de basura, que tenía preparada desde la víspera para una ocasión así, es decir, una ocasión en la que él, camino hacia alguna parte, tuviera que pasar por donde estaba el tacho de basura que se alimentaba de las bolsas de basura producida y envasada en cada uno de los apartamentos del edificio.

El plan era sencillo y Rodríguez se iba acercando al tacho de basura sin pensar demasiado en nada relacionado con eso, pensando sí más bien en otras cosas relacionadas con otras cosas. Pero cuando se encontraba a menos de siete metros del tacho, Rodríguez detectó la proximidad de una agente perturbador, un elemento desestabilizador de la posible calma que acompañaba el automático, necesario, lógico, humano, social, comprensible, perfectamente justificado, habitual, cívico acto de tirar la basura. Era un individuo que, arrodillado junto al tacho, extraía de allí restos de alimentos, los cuales clasificaba y separaba en distintas bolsas que traía consigo, según el contenido proteínico, el tenor graso o el nivel de adición vitamínica que tuvieran; pero el individuo no daba la impresión de ayudarse, en la detección de las gradaciones específicas alcanzadas por cada uno de estos parámetros, con ningún tipo de instrumental técnico, excepción hecha de una protuberancia que él llevaba incorporada al rostro y que le servía para medir con precisión asombrosa el índice de putrefacción operante en cada residuo alimentario, ya que entre dos mitades de cáscara de naranja aparentemente iguales, el individuo descartaba una y se quedaba con la otra, y no era, como se dice vulgarmente, porque estuviere en condiciones de tirar manteca al techo. En efecto, su nivel de ingresos no parecía ser muy alto, a juzgar por unas pequeñas roturas visibles en un costado de su toga de arpillera.

Rodríguez empezó a vacilar. Luego siguió haciéndolo.

No sabía si ignorar al individuo y depositar la bolsa en el interior del tacho, o ignorar al individuo para dejar la bolsa a unos metros de él, o tomar otras actitudes cuya descripción se verá momentáneamente demorada por el análisis de aquellas otras ya mencionadas.

La primera de éstas, es decir, de aquéllas, a saber, ignorar al individuo y tirar la bolsa en el tacho, era casi imposible de llevar a la práctica, porque la posición de la cabeza y las manos del perturbacionista era tal que obligaba a Rodríguez, en caso de decidirse a tirar la bolsa en el tacho, a decir “con permiso”. Esta opción implicaba no ignorar al individuo y considerar el acto de depositar la bolsa como una entrega, era como decirle “tomá”, y eso requería reconocer previamente en el objeto alguna cualidad capaz de valorizarlo como obsequio.

Dejar la bolsa a una distancia prudencial del tacho implicaba también, quisiéralo o no Rodríguez, reconocer el origen humano de la perturbación, y localizarlo en la persona del espécimen que revisaba la basura, ya que, de haberse tratado de un perro o una rata, Rodríguez no habría tenido inconvenientes en tirar la bolsa en el tacho dejando por cuenta del animal la tarea de defenderse del impacto, y siendo en este caso dicho impacto únicamente de tipo físico, y no también emocional, social o como quisiera llamarse a las connotaciones extrafísicas que puede haber en la actitud de regalarle a alguien una bolsa con basura. La única forma de dejar la bolsa a pocos metros del tacho y al mismo tiempo ignorar efectivamente la presencia del foco problematizador era concretar una súbita mudanza al edificio de al lado, cuyo tacho de basura estaba en ese momento libre de incursiones extractivas (aunque no por mucho tiempo, ya que en cuatro o cinco tachos más adelante y con próximo asiento en los tachos sucesivamente más cercanos había otro qué sé yo). Esa mudanza súbita sólo podía producirse si llegaban a confluir allí en ese momento una serie de factores, como el que Rodríguez no fuera miope y pudiera ver en la pizarra del quiosco de enfrente si su número de lotería había salido favorecido. Dándose una solución afirmativa a esto, Rodríguez, en la euforia del triunfo, habría podido cruzar a cobrar portando un tácito perdón por la distracción consistente en no desprenderse todavía de la bolsa de basura. Al volver a su vereda, con el dinero en una mano y la bolsa en la otra, debía pasar el propietario de alguno de los apartamentos vacíos del edificio vecino al suyo, y Rodríguez podría entonces decirle “tome este dinero, le compro el apartamento; supongo que ahora puedo hacer uso del tacho de basura correspondiente a ese edificio”. Pero la miopía de Rodríguez invalidaba todo esto aun cuando su número de lotería hubiese resultado premiado y el dueño del apartamento vecino vacío estuviese llegando desde la otra cuadra.

No era posible entonces ignorar la presencia del individuo, había que tenerla en cuenta. Desde este punto de vista, dejar la bolsa en el tacho era una descortesía, estando como estaba Rodríguez en conocimiento de que el otro iba a tomarla y revisarla de todas maneras. Pero dársela en las manos no dejaba de constituir para él una ofensa, atendiendo al contenido repugnante de la bolsa. En cuanto a si para el otro ese acto podía resultar ofensivo o no, era algo difícil de prever. Más allá de sus intenciones de apropiarse la bolsa, el individuo podía contar con una dosis de orgullo que superara con creces en intensidad a la que se necesitaba para realizar el esfuerzo de levantar una bolsa no muy pesada que alguien le deja a uno al lado, o el de desatar un nudo mas o menos provisorio que alguien hizo en la boca de una bolsa de nailon. Otra posibilidad era dejarla en el tacho, pero abierta, dando a entender que no se ignoraban las intenciones del sujeto en cuanto a revisar la bolsa. Pero todos estos pensamientos pasaron con mucha rapidez por la mente de Rodríguez. Vencido por la ambigüedad contenida en el acto de darle a alguien algo que es una porquería, siendo que este alguien tiene de todas formas mucho interés en recibirla, Rodríguez empezó a pensar en otro tipo de salidas.

Pensó, por ejemplo, en darle al individuo, no la bolsa de basura, sino una limosna. Sin embargo el análisis de esta posibilidad le reveló que esto no habría de librarlo del dilema de que hacer con la bolsa. Sea cual fuere la magnitud de la limosna, era evidente que nunca bastaría para consolidar en el otro una posición económica suficientemente holgada como para abandonar el hábito de hurgar en los tachos de basura. Entonces el individuo aceptaría quizá la limosna, pero metería inmediatamente después las manos en la bolsa. En cuanto a decirle “tome, le doy esto con la condición de que no revise la bolsa”, no parecía esto contener mayor cantidad de urbanidad que dejar la bolsa ahí nomás y retirarse del lugar sin decir ni siquiera “bolsa va”.

Rodríguez empezó a retroceder. Mientras lo hacía siguió examinando otras posibles maneras de deshacerse de la bolsa sin entrar en actitudes que hirieran sus principios.

Consideró el no dejar la bolsa en el tacho, sino sólo su contenido, vaciándolo en las manos del individuo. También consideró el dejar la bolas cerrada y decirle “mire, le dejo esto, y sé que lo va a abrir; no me gusta la idea pero sé que es lo único que usté puede hacer para vivir; yo quisiera ayudarlo, pero no puedo por razones salariales, etc.”. Luego pensó en vaciar la bolsa en el tacho del edificio vecino, pero volver luego y tirar la bolsa vacía en el otro tacho, mostrando su necesidad de evitar entregarle basura al otro, pero mostrando al mismo tiempo también que no era su intención hacerle un desaire ni fingir que no lo había visto ni que lo había visto pero que no quería roces con él.

Ninguna de estas opciones satisfizo a Rodríguez. Siguió retorciendo hasta entrar de nuevo en el edificio. Subió las escaleras también retrocediendo, y sacando la llave de su apartamento consiguió, luego de unos minutos de esfuerzo, abrir la cerradura permaneciendo él de espaldas a la puerta. Así entró al apartamento, y siguió retrocediendo hasta que se topó con la ventana, que estaba abierta. Supo detenerse en ese momento, y permaneció allí quieto como un muñeco a cuerda detenido en su marcha por algún obstáculo, siempre de espaldas a la ventana, con la bolsa de basura en la mano. Y así pasó un rato, hasta que de pronto Rodríguez oyó que desde abajo el tipo le gritaba “che, loco, aunque sea tirámela por la ventana”.

LEO MASLIAH - LA BOLSA DE BASURA

domingo, 27 de marzo de 2016

Cerati y Melero - Colores santos: The remixes - 1995



COLORES SANTOS es un álbum lanzado en el año 1992 y fue realizado por los músicos argentinos Gustavo Cerati y Daniel Melero. Contó con la colaboración de Flavio Etcheto en trompetas y coros de Carola Bony en «Pudo ser». El disco nunca fue presentado formalmente en vivo.

El disco muestra una fuerte influencia de la música electrónica, que Cerati luego incluiría en el siguiente trabajo de Soda Stereo, Dynamo. El crítico de música Ivan Adaime de Allmusic dijo que "de alguna manera este disco fue como un ovni en la escena del rock argentino a principios de los años 90".

Cerati: "Estamos enamorados de casi todos los temas, incluso del movimiento que tiene el disco desde el principio hasta el final."
Melero: "El disco más que producto de una amistad, las amistad es consecuencia del trabajo, nosotros nos vimos involucrados en una serie de música que nos gusto y detrás descubrimos a la persona, como dos músicos que se hacen amigos y no dos amigos que hacen un disco."

QUATRO (Melo-Git Remix)



PROGRAMA
01.«Vuelta por el universo» Cerati - Melero 6:02
02.«Marea de Venus» Cerati - Melero 4:25
03.«Cozumel» Cerati - Melero 3:37
04.«Quatro» Cerati - Melero 5:09
05.«Pudo ser» Cerati - Melero 5:23
06.«Hoy ya no soy yo» Cerati - Melero 4:08
07.«La cuerda planetaria» Melero 4:56
08.«Madre tierra» Cerati - Melero 4:29
09.«Tu medicina» Cerati 4:40
10.«Alborada» Cerati - Melero 2:48
11.«Colores santos» Cerati - Melero 4:48
48:25

VUELTA POR EL UNIVERSO

COLORES SANTOS: THE REMIXES
Colores santos: The remixes es una reedición digitalmente remasterizada de el álbum Colores Santos. Esta versión incluye remixes exclusivos como: «Hoy ya no soy yo (Sl Mix)», «Quatro (Melo-Git Mix) y «Hoy ya no soy yo (MC Mix)».

PROGRAMA
01.«Cozumel» Cerati - Melero 3:37
02.«Quatro» Cerati - Melero 5:09
03.«Marea de Venus» Cerati - Melero 4:25
04.«Pudo ser» Cerati - Melero 5:23
05.«Hoy ya no soy yo (Sl Mix)» Cerati - Melero 5:42
06.«Quatro (Melo-Git Mix)» Cerati - Melero 5:44
07.«Hoy ya no soy yo» Cerati - Melero 4:08
08.«La cuerda planetaria» Melero 4:56
09.«Vuelta por el universo» Cerati - Melero 6:02
10.«Tu medicina» Cerati 4:40
11.«Colores santos» Cerati - Melero 4:48
12.«Hoy ya no soy yo (MC Mix)» Cerati - Melero 5:23
59:57

LA CUERDA PLANETARIA

HOY YA NO SOY YO

COZUMEL


CRÉDITOS
Producción artística: Gustavo Cerati y Daniel Melero.
Músicos invitados: Flavio Etcheto trompeta en «Madre tierra» y Carola Bony voz en «Pudo ser» y «Colores santos».
Masterización: Michael Fuller en Fullersound, Miami.
Ingeniero: Eduardo Bergallo.
Asistentes: Juan Maggi y Eduardo Iencenella
Coordinación de producción: Eduardo Dell'Oro
Arte: Alejandro Ros
Grabado y mezclado en estudio Supersónico, Buenos Aires.

COLORES SANTOS:THE REMIXES


domingo, 20 de marzo de 2016

Eduardo Armand - Virtual Voyage (An Electric Journey) - 2006/2016



VIRTUAL VOYAGER (An Electric Journey)
Música electrónica que homenajea a estilos de la vieja escuela, desde los años setentas hasta hoy.
Compuesto entre 1998 y 2006 y registrado en julio de 2006 en SC17 Studios,Uruguay.
La obra se compone de diferentes partes, constituyendo cada una un tema musical independiente.

Eduardo Armand (Eduardo López Armand-Ugón, Montevideo, 1971) es un músico amateur radicado en España.
Los artistas que suele citar como sus más grandes influencias a la hora de componer su propia música, son entre otros: Tangerine Dream, Kraftwerk, Giorgio Moroder, Vangelis, Jean Michel Jarre y Chemical Brothers.

(http://eduardoarmand.blogspot.com.es/)

TRACKLIST
01 REVER - 1:03
02 VIRTUAL VOYAGER 06 - 5:25
03 HOLLOGRAPHIC DANZA - 5:02
04 MIRRORBALLS - 5:05
05 VIRTUAL VOYAGER 98 - 4:15
06 A PIECE OF PEACE - 3:23
07 GOING ON AND ON (BABE 2.0) (BONUS TRACK) - 5:59
Compuesto e interpretado por Eduardo Armand.
(c) 2016 Eduardo López Armand-Ugón
Todos los derechos reservados

01 REVER


02 VIRTUAL VOYAGER 06


03 HOLLOGRAPHIC DANZA


04 MIRRORBALLS


05 VIRTUAL VOYAGER 98


06 A PIECE OF PEACE


07 GOING ON AND ON (BABE 2.0) (BONUS TRACK)



viernes, 18 de marzo de 2016

Soda Stereo - Zona de promesas (Mixes 1984-1993)



Zona de promesas (Mixes 1984-1993) es un álbum de la banda de rock argentina Soda Stereo, conformado por remixes de algunas de las canciones más representativas del grupo y un tema nuevo, "Zona de promesas", el cual fue descartado del álbum "Dynamo", lanzado un año antes de este lanzamiento. Se destacan las versiones de "Luna roja", Sobredosis de TV y En la ciudad de la furia, que sufrieron grandes cambios respecto de las versiones originales. Zona de Promesas es un álbum que, aunque no fue muy escuchado en su época, ha sido valorizado posteriormente por los fans de Soda Stereo, en parte esto se debe a que no fue reeditado con los demás álbumes de la banda en el 2007, por lo que se convirtió en un disco muy raro y difícil de conseguir. No obstante, un re-lanzamiento en 2012 de toda la discografía de la banda, a cargo del diario argentino La Nación, hizo que nuevamente el álbum sea accesible a todo el público.
(Wikipedia)

EN LA CIUDAD DE LA FURIA (DANCE MIX)

NADA PERSONAL (REMIX)

SOBREDOSIS DE TV (REMIX)

PROGRAMA
01.«Zona de promesas» Cerati 4:04
02.«Primavera 0 (Bonzo Mix)» Cerati 3:55
03.«En la ciudad de la furia (Dance Mix)» Cerati 7:00
04.«Nada Personal (Remix)» Cerati 6:58
05.«Luna roja (Soul Mix)» Cerati - Bosio 7:54
06.«Cuando pase el temblor (Oid Mortales Mix)» Cerati 5:28
07.«Mundo de quimeras» Cerati - Bosio - Alberti - González - Palacios 6:44
08.«No necesito verte (Para saberlo) (Krupa Mix)» Cerati - Melero 5:26
09.«Sobredosis de TV (Remix)» Cerati 6:28
10.«Lo que sangra (La cúpula) (Versión Remix)» Cerati 6:10

ZONA DE PROMESAS (MIXES 1984-1993)

viernes, 11 de marzo de 2016

Keith Emerson (1944-2016)


Estoy un poco sin palabras, porque la partida de éste plano de existencia, llamémosle así, del genial tecladista británico Keith Emerson (1944-2016), es para mi, como la de alguien muy cercano.


EMERSON LAKE AND PALMER - THE BARBARIAN 

Quién ésto escribe, hoy con cuarenta y cinco años de edad, cuenta con cuarenta y cinco años de escucha de Emerson Lake & Palmer, de modo que el sonido de los teclados de Keith realmente han estado toda la vida conmigo.

KEITH EMERSON - HONKY TONK TRAIN BLUES

Éste verdadero "keyboard hero", un músico excepcional capaz de hacer maravillas con cualquier instrumento con teclas que se le pusiera delante, ya fuera un gran órgano de iglesia, un piano de concierto, un moog...lo que fuera, nos deja su legado incomparable, para nosotros y las generaciones por venir.
Por la buena música, por todos los momentos gratos que nos has hecho pasar con tu arte, ¡hasta siempre Tío Keith!

NIGHTHAWKS MAIN TITLE THEME

KEITH EMERSON BAND - TOUCH AND GO



EMERSON LAKE AND PALMER - FANFARE FOR THE COMMON MAN

EMERSON LAKE AND PALMER - PIRATES

EMERSON LAKE AND PALMER - TARKUS 


lunes, 7 de marzo de 2016

Leo Masliah - Osman Punichek

Osman Punichek
Leo Maslíah

Cuando Osman Punichek nació, sus padres pusieron el grito en el cielo; el pequeño era retrasado mental. Pero la ira de los Punichek fue dirigida a los dioses, al destino, a la mala suerte. Osman no la sufrió. Al contrario, sus padres lo trataron con cariño y especial consideración. A veces hasta se echaban a sí mismos la culpa de que su hijo fuera retrasado mental. “¿No será algo que comí?”, solía decir la madre.

Largamente se discutió en la familia si Osman debería concurrir a una escuela normal o a una especial para retrasados mentales. Finalmente se resolvió lo primero, y Osman supo retribuir a sus padres el favor de tal elección con una excelente escolaridad.
Se destacaba por sobre todos sus compañeros en las asignaturas científicas y humanísticas, y en deportes no había quien lo batiera. Las sobresalientes calificaciones de Osman enorgullecían doblemente a sus padres, ya que no sólo eran meritorias de por sí, sino también, y muy especialmente, por ser las calificaciones de un retrasado mental.

Por si esto fuera poco, Osman gozaba de una constitución física privilegiada y era muy apuesto, quizá como compensación de la naturaleza por su retraso mental.
Ya desde su más temprana adolescencia las chicas se peleaban por salir con él. Algunas, es cierto, cuando se enteraban de que Osman era retrasado, se arrepentían y le redecían: “Hoy no, Osman, tal vez en otra ocasión”. Pero en general la deficiencia de Osman no era óbice para que el cultivara todo tipo de romances, desde los más apasionados y efímeros, hasta los más sólidos y duraderos, como el que aún sostiene con su actual esposa, la distinguida Licenciada Muriel Van Jaen.
Osman conoció a Muriel en el marco del Cuarto Ciclo de Conferencias sobre Semiología Medica realizado en Princeton.

Esa materia no fue nunca la especialidad de Osman, pero sus trabajos sobre el tema habían interesado sobremanera al comité organizador, sobre todo teniendo en cuenta que eran los trabajos de un retrasado mental.
Desde sus épocas de universitario, el hobby de Osman Punichek es el ajedrez. La revista soviética 64 publicó recientemente el desarrollo de la partida amistosa que Osman le ganó al campeón de Hungría. El artículo consigna que este jugador comentó, al termino del encuentro: “Es la primera vez en mi vida que pierdo contra un retrasado mental”.

Cuando Osman Punichek recibió el Premio Nobel de Física, en mérito a su notable reformulación de la mecánica cuántica, donó todo el dinero a la Fundación Riggelman, entidad que subvenciona en el mundo entero programas de atención a retrasados mentales. “Sé que mi deficiencia es congénita y que tendré que cargar con ella toda mi vida”, declaró a la prensa en la oportunidad, “pero quiero ayudar a que las nuevas generaciones de retrasados tengan un buen pasar”.

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