sábado, 14 de julio de 2012

The Chemical Brothers - Surrender - 1999


Surrender es el tercer álbum de The Chemical Brothers, lanzado el 22 de junio de 1999. Incluye las voces invitadas de Noel Gallagher (Oasis), Hope Sandoval (Mazzy Star) y Bernard Sumner (New Order).
La portada fue creada a partir de una fotografía de un festival de rock de muchos años atrás.
Tercer golazo del duo electrónico, una de las propuestas más intensas e interesantes de la música de las últimas décadas.

MUSIC: RESPONSE

GOT GLINT?

HEY BOY HEY GIRL

LET FOREVER BE

SURRENDER

PROGRAMA
"Music:Response" – 5:19
"Under the Influence" – 4:16
"Out of Control" – 7:19
invitado Bernard Sumner
"Orange Wedge" – 3:06
"Let Forever Be" – 3:56
invitado Noel Gallagher
"The Sunshine Underground" – 8:38
"Asleep from Day" – 4:47
invitado Hope Sandoval
"Got Glint?" – 5:26
"Hey Boy Hey Girl" – 4:50
"Surrender" o "Racing The Tide" on some pressings – 4:30
"Dream On" – 6:46
invitado Jonathan Donahue
Contiene una pista oculta con una repetición de "Dream On"

PERSONAL
Tom Rowlands
Ed Simons
The Chemical Brothers - Productores
Steve Dub - Ingeniero
Jon Collyer, Ray Mascarenas - Asistentes
Blue Source, The Chemical Brothers - Dirección de Arte
Kate Gibb - Screen Prints
Bernard Sumner - Voces y guitarras en "Out of Control"
Bobby Gillespie - Voces adicionales en "Out of Control"
Noel Gallagher - Voces en "Let Forever Be"
Hope Sandoval - Voces en "Asleep from Day"
Jonathan Donahue - Voces, guitarras y piano en "Dream On"


OUT OF CONTROL

sábado, 7 de julio de 2012

Leo Masliah - Literatura con vallas


Literatura con vallas
Leo Masliah

El ómnibus se detuvo en el kilómetro doscientos once. Marisa bajó y el chofer también, para entregarle su equipaje. Cuando el ómnibus retomó su marcha Marisa empezó a caminar. Eran parajes de tierras rojizas. Ignoro por qué tenían este color; en verdad no sé nada de geología.
Marisa caminó un par de kilómetros y se sentó a descansar sobre su equipaje. Ignoro si hacía calor o frío porque no sé nada de meteorología (además yo no estaba allí). Marisa quería levantarse y seguir su camino, pero tenía dolores en la pelvis. Nada puedo decir, por desgracia, sobre el origen de estos dolores, porque carezco de los más elementales conocimientos de ginecología.
Mariza hizo acopio de fuerzas y se levantó. Para orientarse mejor sacó de su bolso unos binoculares (o quizá fuera un catalejo; no sé nada sobre instrumentos ópticos) y echó una ojeada a los confines de su visibilidad. Avistó una figura humana, mosqueando en el horizonte. Caminó hacia ella. La figura caminaba a su vez hacia Marisa. Esto es lo que creo, aunque no me respalda en ello ningún conocimiento de geometría.
Unos minutos después la figura se hizo reconocible para Marisa. Era un hombre. Andaba casi desnudo y estaba peinado y maquillado con arreglo a las normas vigentes en el grupo humano, tribu, clan o a lo que fuera que él pertenecía. No quiero dar detalles sobre esto por miedo a meter la pata, ya que no sé absolutamente nada de antropología.
Cuando lo tuvo cerca, Marisa sacó su cámara fotográfica. Creo que se puso a regular el fotómetro, y no sé cuántas cosas más. Marisa era una excelente fotógrafa, pero yo no solamente no lo soy sino que no tengo la más puta idea de cómo se saca una foto. Parece que aquel hombre tampoco la tenía, porque cuando vio el artefacto se asustó. Se acercó a Marisa y le arrancó la cámara de las manos. No conforme con esto, le arrancó también la ropa y —ya con más delicadeza— se sacó él mismo la poca que traía puesta.
Entonces ocurrió algo que que me veo incapacitado de describir, quizá por falta de experiencia personal en la materia. No sé nada sobre sexo, y creo que por ahí corría el asunto. (Perdón si en algún momento me expreso de forma confusa o incorrecta; es que no sé nada de gramática.) En verdad la única disciplina que domino es la literatura. Sinceramente, creo que sé más que nadie en esta materia. Pero ya no puedo escribir más, lo siento. Mi falta de formación en otras disciplinas me lo impide, interponiéndose constantemente entre mi pluma y mis lectores. Esta traba merecería de mi parte, sin duda, un profundo estudio, pero yo no lo puedo hacer porque no sé nada de epistemología.
Sólo me queda entonces decir adiós, y gracias (no sé si corresponde despedirme así; perdón, pero es que no sé nada sobre modales).